Como le agradezco que ella me llevara ese libro, con el acabé de entender la importancia del desapego a las cosas materiales en mi vida, entendí que esas cosas no eran mi felicidad ni mi hogar, que no las necesitaba. A quien necesitaba no estaba disponible para mi, hace mucho no era su prioridad. Me pase mucho tiempo esperando ese cambio que nunca llegó. Aprendí a gozar de la soledad. Hoy vivo feliz con una vida sencilla, disfrutando cada minuto que me regala la vida, después de abrazar la muerte. Entendí que aquellas pequeñas cosas son el disfrute del día a día, que todo es una oportunidad para vivir intensamente.
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