Pensé que eran parásitos, pero no, era la muerte rodeando mi vida. Me sorprendió!. Me revolcó mis pensamientos. Me pasó por la mente la película de mi vida. Había llegado la hora de la evaluación. Pensé mucho. Me di cuenta que mi mayor proyecto, mi hijo, lo había sacado adelante y podía seguir bien en mi ausencia. No tenía cargos de conciencia. Había hecho lo que debía. Podía dar ese salto triple mortal sin problemas. Estaba preparada. No me estecé, pues fuera de una buena actitud, en mis manos no estaba la solución. Aprendí a vivir con ella, bailamos juntas, dormíamos abrazadas, caminamos de la mano, se hizo parte de mi vida y mis pensamientos, hablamos largo y tendido, pero parece que mi tranquilidad la ahuyentó. Nos volveremos a encontrar.
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