Extraido de comosuperar.net Y nos dijeron que la vida iba a ser bonita. ¡¡Joder si lo es!! Vaya si lo es. Tan bonita como tus ojos quieran verla. Así de simple. Así de fácil. Así de complicado… a veces. Hasta que te limpias los ojos, claro. Aunque sea frotándolos con esa mezcla de rabia y pasión. Y entonces, ves luz y color. Y te percatas de que es asquerosamente precioso volver a despertar. Renacer. Porque claro, la vida también tiene sus infiernos. ¿Para qué vivir siempre en el cielo si podemos flirtear con los demonios aunque sea durante un breve tiempo caduco? Esa nostalgia mal entendida que confundimos con la melancolía de los sentimientos pasados que quedaron en el letargo de lo mundano. Y así se construyen las heridas mal curadas. Y no, así no. No… ni hablar. Porque sí, créetelo, también hay cicatrices bonitas que nos recuerdan que vivimos historias preciosas. A veces, solo a veces, debes contorsionarte para lamer(te) las heridas de la vida, allí donde no llega nad