Fueron muchos largos días, mi hijo y yo en el día estábamos en la clínica, llegábamos a la casa muy entrada la noche cansadisimos, asustados, confundidos, angustiados y llenos de dudas e incertidumbre, nos lográbamos dormir juntos casi al amanecer, antes de hacerlo, algunos días llorábamos, nos abrazábamos, pero todos los días orábamos.
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