En otras épocas me habían visitado varias veces sacudiéndome un poco, pero apenas me hacían tomar algunas decisiones que no alcanzaban a moverme de mi zona de confort.
Pero de repente recibí su visita nuevamente, esta vez llegaron pisando muy fuerte, me enfriaron los huesos, me zangolotearon, me tocaron el alma hasta desgarrarla y fue ahí cuando me mostraron la parte maravillosa de mi que estaba tan, pero tan dormida. Entonces con su ayuda, fue cayendo ese velo que turbaba mi ser, mostrando mi mejor versión conservando mi esencia, salieron mis mejores cualidades, mi lado más creativo, mis pensamientos mas claros, todas mis capacidades y el tesón escondido, llegó a mi mente el brillo, el color y las melodías ausentes por tanto tiempo.
Yo pensé inicialmente que habían sido las circunstancias las que me habían cambiado, casi me lo creo....pero no!... debía agradecerle a mis miedos, pues sin ellos no seria quien soy hoy, sin ellos no habría tenido las fuerzas y el coraje para batallar tanta adversidad, ellos me mostraron lo valioso de lo que me rodea y de quienes me acompañan y lo más importante mi propia valía tan menospreciada por mi compañero y hasta por mi.
Esos miedos me mostraron que en medio de mi imperfección, cada día puedo conocerme, definirme y ser mejor.
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