Nos asignaron a mi hermana y a mi ir a Barranquilla a comprar una ropa para la boutique que teníamos en la familia, era un viaje de 3 dias por lo tanto llevamos la ropa precisa y solo un par de zapatos, los mios eran unos tacones altos de ante. Llegamos a un hotel nuevo que le acababan de instalar la alfombra a todo el piso. Al caminar se sentía aun la pega del piso, pero no hicimos mucho caso. Ya era de noche y teníamos una invitación a salir a comer y luego a bailar..... entonces había que disfrutar!. Después de mucho bailar, llegamos a la madrugada al hotel. En la alcoba sentía mis zapatos muy raros, me los quité y no se sostenían parados en el piso, al verlos bien resulta que con el tapete se le habían caido las tapas a los tacones y con tanto baile se gastaron arrugándose y deteriorando toda la piel!. Ni rabia nos dio, sino un ataque de risa que terminó al amanecer!
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